Queridos lectores, esta historia que les vamos a narrar se la tomarán según su forma de ver la vida, para algunos puede ser una serie de catastróficas desdichas y para otros una historia de amor propia de los cuentos de hadas donde las fuerzas del destino reunieron todos los componentes para unir lo que estaba predestinado a ser encontrado.
Ella no sabía que él existía, no lo había visto nunca ni sabía de su existencia. Él conocía la existencia como hermana de un colega pero tampoco la había visto nunca. Era difícil coincidir en el espacio tiempo, dado que ella era una trotamundos que siempre estaba de paso, pero parón para tomar aire en el pueblo y una cirugía dental, junto con el trabajo de la serendipia, les unió en el mismo punto del planeta. A lo peli de Disney o de esas malas de los fines de semana por la tarde, ella al verle entrar, le dijo a uno de sus amigos : “ahí está el futuro padre de mis hijos”.

Parece una historia moña, lo sé, pero así sucedió, una frase que nunca diría ella, se pronunció esa noche. Claro que lo que siguió está muy lejos de Disney y mucho más cerca de Resacón en las Vegas (detalles que guardaremos a la pareja para enterrar en su cajón de las vergüenzas). Algunos mojitos después y varias declaraciones no aptas para menores, si él no había salido corriendo asustado, ya nada le asustaría.

Después de muchas citas y conversaciones, algunos viajes, superada la prueba de la convivencia y ahora embarcarse en la gran aventura de la ma/paternidad, después de salvar al mundo de una invasión alienígena, decidieron hacerlo oficial.
Y aquí estamos, siendo testigos para que no puedan huir de su propia trampa. ¿Qué loca historia les deparará el futuro? Eso es algo que, queridos lectores, deberemos esperar a las próximas entregas.